DESARROLLO SOSTENIBLE

Las condiciones climáticas semidesérticas y la ausencia de filoxera nos permiten limitar al máximo los tratamientos fitosanitarios preventivos.
Nuestros estándares actuales ya están muy cerca de la calificación AB francesa y hemos decidido continuar esta transición durante los próximos 3 años.
Las principales enfermedades a controlar son el oídio y la peronospora (o mildiú velloso).
Utilizamos productos adaptados a vides con un corto periodo carencial, cambiando los principios activos para evitar resistencias. También trabajamos con máquinas calibradas con bajos volúmenes de agua por hectárea para evitar esparcir los productos en el suelo.

Controlamos el posicionamiento vertical de los brotes con los siguientes objetivos:
- Incrementar la eficiencia fotosintética de la planta.
- Incrementar la exposición equilibrada de los racimos aumentando la concentración de polifenoles en los frutos.
Esta tarea se realiza con especial cuidado para evitar quemaduras en los cúmulos de sol de la tarde (lado oeste del dosel).

Nuestra finca está equipada con un sistema de riego automático por goteo. El objetivo del calendario de riego es aplicar a cada parcela plantada la cantidad de agua necesaria para un crecimiento óptimo de las cepas (12 hojas por planta), evitando un vigor excesivo que reduciría la concentración de polifenoles y aumentaría los riesgos de enfermedades. Realizamos mantenimiento y calibración periódica de los equipos, con el fin de asegurar un coeficiente de uniformidad estable en las válvulas.

En las parcelas destinadas a la elaboración de nuestros vinos de alta gama realizamos la poda, que consiste en cortar las puntas de los sarmientos colocados verticalmente a una altura de 20 centímetros por encima del último alambre de soporte (alambre estructural).
Esta tarea se realiza manualmente para evitar cortes innecesarios de sarmientos que protegen los racimos de las quemaduras solares.

Realizamos seguimiento y control de madurez con el objetivo de medir los principales parámetros fisicoquímicos de la uva que posteriormente definen la calidad del vino.
Este seguimiento se realiza durante varias semanas analizando los siguientes parámetros:
- Peso de la baya.
- Alcohol para producir.
- Densidad.
- Acidez total
- Ácido málico.
- antocianinas
- Polifenoles totales
- Índice de madurez de taninos.
Las condiciones climáticas semidesérticas y la ausencia de filoxera nos permiten limitar al máximo los tratamientos fitosanitarios preventivos.
Nuestros estándares actuales ya están muy cerca de la calificación AB francesa y hemos decidido continuar esta transición durante los próximos 3 años.
Las principales enfermedades a controlar son el oídio y la peronospora (o mildiú velloso).
Utilizamos productos adaptados a vides con un corto periodo carencial, cambiando los principios activos para evitar resistencias. También trabajamos con máquinas calibradas con bajos volúmenes de agua por hectárea para evitar esparcir los productos en el suelo.
Controlamos el posicionamiento vertical de los brotes con los siguientes objetivos:
- Incrementar la eficiencia fotosintética de la planta.
- Incrementar la exposición equilibrada de los racimos aumentando la concentración de polifenoles en los frutos.
Esta tarea se realiza con especial cuidado para evitar quemaduras en los cúmulos de sol de la tarde (lado oeste del dosel).
Nuestra finca está equipada con un sistema de riego automático por goteo. El objetivo del calendario de riego es aplicar a cada parcela plantada la cantidad de agua necesaria para un crecimiento óptimo de las cepas (12 hojas por planta), evitando un vigor excesivo que reduciría la concentración de polifenoles y aumentaría los riesgos de enfermedades. Realizamos mantenimiento y calibración periódica de los equipos, con el fin de asegurar un coeficiente de uniformidad estable en las válvulas.
En las parcelas destinadas a la elaboración de nuestros vinos de alta gama realizamos la poda, que consiste en cortar las puntas de los sarmientos colocados verticalmente a una altura de 20 centímetros por encima del último alambre de soporte (alambre estructural).
Esta tarea se realiza manualmente para evitar cortes innecesarios de sarmientos que protegen los racimos de las quemaduras solares.
Realizamos seguimiento y control de madurez con el objetivo de medir los principales parámetros fisicoquímicos de la uva que posteriormente definen la calidad del vino.
Este seguimiento se realiza durante varias semanas analizando los siguientes parámetros:
- Peso de la baya.
- Alcohol para producir.
- Densidad.
- Acidez total
- Ácido málico.
- antocianinas
- Polifenoles totales
- Índice de madurez de taninos.




